jueves, 11 de noviembre de 2010

III FERIA DEL LIBRO OCAÑA

Por: Carlos Alberto Torres Cañizares

Con gran exito se esta llevando a cabo la III Feria del Libro de Ocaña en el Colegio Don Bosco College que sera desde el 11 de noviembre hasta el 15 de noviembre de 2010.
Tambien se estara llevando a cabo la presentacion de la "Guia turistica de Ocaña" del Dr. Luis Eduardo Paez Garcia, y varias conferencias, talleres de literatura infantil, etc.

martes, 9 de noviembre de 2010

Toma del Palacio de Justicia


Toma del Palacio de Justicia
Parte de Conflicto armado en Colombia
Tomapalaciojusticia.jpg
Un tanque Cascabel del Ejército ingresa por la puerta principal del edificio del Palacio de Justicia durante la operación de retoma.

Fecha 6 y 7 de noviembre de 1985
Causas Toma del edificio por parte de miembros del M-19
Lugar Palacio de Justicia, Bogotá
Bandera de Colombia Colombia
Resultado

Retoma por parte del Ejército Nacional de Colombia
Destrucción del edificio.

Beligerantes
Bandera de Colombia Gobierno
M19.svg M-19
Comandantes
*Belisario Betancur
* Grl. Miguel Vega Uribe
* Grl. Jesús Armando Arias Cabrales
*Gnrl. Ignacio Posada Duarte
*Gnrl. Rafael Samudio Molina
* Gnrl. Víctor Delgado Mallarino
*Miguel Alfredo Maza Márquez
*Tnt Crnl Rafael Hernández López
*Crnl. Alfonso Plazas Vega
*May. Carlos Fracica
*Grl. Iván Ramírez Quintero
*Crnl. Edilberto Sánchez
*Crnl. Luis Carlos Sadovnick
*Cpt. Óscar William Vásquez
*Sgt. Ferney Causaya Peña
*Sgt. Luis Fernando Nieto
*Sgt. Antonio Rubay Jiménez
Otros:
*Crnl. Fabio Campo
Cpt. Óscar Naranjo
*Álvaro Fayad
*Luis Otero Cifuentes
*Andrés Almarales
*Alfonso Jacquin
*Guillermo Elvecio Ruiz
*Ariel Sánchez
*Irma Franco
*Clara Helena Enciso
*Diógenes Benavides Martinelli
*Dora Jiménez
*Marcela Sosa
Fuerzas en combate
~1000
5 tanques EE-09 cascavel
40
Bajas
11 soldados
43 civiles?
11 civiles desaparecidos.[2]
33 guerrilleros

La Toma del Palacio de Justicia, también llamada Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre fue un asalto perpetrado el miércoles 6 de noviembre de 1985 por un comando de guerrilleros del Movimiento 19 de abril (M-19) a la sede del Palacio de Justicia, ubicado en la plaza de Bolívar de Bogotá, frente a la sede del Congreso y a una cuadra de la Casa de Nariño, la residencia presidencial. Dicha incursión fue seguida de la reacción de la Policía Nacional y el Ejército Colombiano, rodeando el edificio e iniciando una operación de retoma del mismo que se extendió hasta el jueves 7 de noviembre de 1985. El M-19 mantuvo a cerca de 350 rehenes entre magistrados, consejeros de Estado, servidores judiciales, empleados y visitantes del Palacio de Justicia.[3]

Los hechos culminaron 28 horas después, dejando un saldo de 55 muertos, entre ellos 11 magistrados. 11 personas más también fueron consideradas como desaparecidos al no conocerse su paradero, número que se reduciría a 10 después de que la Fiscalía anunció en 2000 que el cadáver de Ana Rosa Castiblanco, empleada de la cafetería que se encontraba desaparecida, fue hallado en una fosa común.[4]

Por las investigaciones emprendidas por la Fiscalía General de la Nación desde el año 2005 sobre los civiles desaparecidos durante la retoma del Palacio por parte del Ejército y que salieron con vida del hecho quedando en custodia de la Fuerza Pública , han sido detenidos dos coroneles y el coronel (r) Alfonso Plazas Vega.[5]

En un video revelado en 2007 por Noticias Uno se puede observar que el magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán Rojas sale vivo del Palacio de Justicia a pesar de que un día más tarde se le encontraría muerto dentro del Palacio con una bala 9 mm en la cabeza disparada a contacto.

La toma ha sido calificada como holocausto y masacre por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).[6]


Antecedentes y planificación

Los guerrilleros, que denunciaban que el ejército hacía unos meses había roto un cese al fuego después de que, según ellos, el gobierno de Belisario Betancur Cuartas incumpliera los acuerdos firmados el 24 de agosto de 1984, habían planeado la toma meses antes con la intención de enjuiciar al presidente.[7]

El presidente Betancur se había comprometido a lograr la paz con los grupos alzados en armas. En 1983 se reunió en España con los comandantes guerrilleros del M-19, Iván Marino Ospina y Álvaro Fayad, que constituyó la primera vez que un presidente colombiano en ejercicio se reunía con guerrilleros alzados en armas.[8] [9]

El 20 de septiembre de 1985 se realizó una reunión entre funcionarios del gobierno y algunos magistrados de la Corte, entre los que asistió el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandía, con el fin de analizar las medidas de seguridad que se iban a tomar para resguardar a los cuatro magistrados de la sala constitucional de la Corte; Manuel Gaona Cruz, Carlos Medellín Forero, Ricardo Medina Moyano y Alfonso Patiño Roselli. Los cuatro magistrados tenían a su cargo el tema del tratado de extradición de colombianos por narcotráfico hacia Estados Unidos, y habían recibido amenazas de muerte por parte de miembros del Cartel de Medellín y su jefe Pablo Escobar.

En este encuentro se determinó que la Policía Nacional hiciera un estudio de seguridad del Palacio, el cual se llevó a cabo entre el 27 de septiembre y el 15 de octubre de ese año. Los resultados del mismo se presentaron en un consejo de gobierno el 17 de octubre. Dos días antes del asalto, la Policía Nacional retiró la vigilancia asignada al edificio, dejándola en manos de una empresa privada, aunque advirtió a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado acerca de los planes del M-19. Un mensaje anónimo había anunciado la toma para el 17 de octubre de 1985, tal como quedara registrado en un documento.[10] del comando de las Fuerzas Militares, por lo que se tomaron medidas especiales de seguridad, retiradas el 1 de noviembre por petición de Alfonso Reyes Echandía, presidente de la Corte Suprema. Sin embargo, según las investigaciones judiciales recientes, desde agosto de 1985 los organismos de inteligencia colombianos tenían conocimiento del plan del M-19 de atacar el Palacio de Justicia, el Palacio de Nariño (la residencia presidencial) o el Capitolio Nacional (sede del Congreso).[11]

El mismo 17 de octubre, fueron arrestados dos hombres en las inmediaciones del Palacio de Justicia haciendo planos del edificio. El Palacio de Justicia fue puesto bajo vigilancia militar hasta los primeros de noviembre, en que la vigilancia fue retirada y sustituida por vigilantes de una empresa privada de seguridad. Días antes de la toma, se almacenaron en la cafetería del Palacio Justicia unos 1.500 pollos, algo que después levantaría sospechas.[12]

La toma al Palacio de Justicia fue ideada y planeada por el guerrillero del M-19 Luis Otero, mientras que el comandante guerrillero Alvaro Fayad fue el encargado de aprobar el plan. Otero ya había planeado otras operaciones del M-19, como el robo de la espada de Bolívar, el asalto al Cantón Norte y la toma de la embajada de la República Dominicana, hecho por los cuales fue enjuiciado en un Consejo Verbal de Guerra, pero tras una amnistía salió de la cárcel.[13] Según la Comisión de la Verdad, no se pudo comprobar que el M-19 hubiera sido financiado por el narcotraficante y jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar y el grupo de narcotraficantes "Los Extraditables", como lo afirmaron los militares involucrados en las desapariciones.

Escuadra número 3: Al mando de Pacho, Bernardo. Su misión es garantizar el asalto de la escalera interior a la Biblioteca y copar el flanco Norte del primer piso. Estará conformada por: Pacho, Bernardo, Ismael, Esteban. Medios: 1 Carabina Uzi, 2 Fusiles, 1 M3. 2 Granadas.

Escuadra número 4, (de apoyo): Aldo, Leonor, Roque, Natalia, Marina, Pilar. Medios: cortos, 3 granadas. Asalto al 3º y 4° pisos. El 2º pelotón estará al mando de Jaime y compuesto por unidades.

Escuadra número 1: Lucho, Adán, Iris (Eduardo, Iris (Antonio), Fabio Camacho Patricia, Michel, Paula, Betty.

Escuadra número 2: Andres, César, N.N. Esteban, Orlando, Juan, Jorge, Claudia, Profe, Mono. Medios: 14 Fusiles, 1 Matzen, 1 Carabina Uzi, 10 Granadas.

CORTOS

La escuadra número 1 entrará por la escalera principal del flanco sur y la escuadra número 2 por la escalera principal del flanco norte. La primera al cuarto piso y la segunda al tercer piso. Cada una dejará un hombre en el 2° piso.

Nota:

1. LA VANGUARDIA: Chucho y tres más. Dos (Nohora y Pedro) que tendrán vehículo de retaguardia donde va, además, Rafael.

2. EL GRUESO: En el camión, los medios ingenieros. explosivos, intendencia y la escuadra número 1 del pelotón 2 (Mando: Lucho).

3. RETAGUARDIA: Pacho más 3. Más Nohora, Pedro Rafael y la escuadra número 2 del pelotón (Mando: de César).


1ª LINEA DE DEFENSA:

Sótano: Chucho, Andrés, William, Marcela, Pedro. Flanco Norte: Pacho, Roque, Bernardo, Estéban, Mono.

Flanco Oriental: Lázaro, Fabio, Natalia, Diana, Juan».
Apartes de documentos del plan de asalto al Palacio de Justicia encontrados durante un allanamiento a miembros del M-19

6 de noviembre

Momentos previos

Un presunto testigo, ex agente de inteligencia, llamado Ricardo Gámez dijo que días antes de la toma del Palacio de Justicia, todo el personal de Inteligencia fue acuartelado bajo la advertencia de que algo iba a ocurrir y ya se había montado un comando operativo en la Casa del Florero. A las 5:30 AM (UTC-5) horas antes de la toma, él y varios agentes de inteligencia fueron ubicados en la carrera séptima cerca del Parque Santander, a la espera de lo que podría pasar. Dijo además que la operación estaba siendo coordinada desde la Casa del Florero, a pocos metros del Palacio de Justicia.[15]

A las 11:00 AM (UTC-5), siete guerrilleros del M-19 ingresaron armados y vestidos de civil al Palacio de Justicia, aprovechando la poca vigilancia. El grupo era liderado por Alfonso Jacquin, también iba la guerrillera Irma Franco. Una vez dentro asumieron posiciones en el edificio; dos en la secretaria del Consejo de Estado, dos en la secretaria de la Sección Tercera del Consejo de Estado, dos en la cafeteria y una mujer en el tercer piso.[1]

Jacquin hizo una llamada telefónica desde el tercer piso a Luis Otero, que se encontraba en una casa en el barrio Calvo Sur, en la dirección Calle 6ta Sur No. 8 -42 avisandole que ya estaba dentro y podia proceder. Desde la casa Otero y otros 27 guerrilleros más se desplazaron en tres vehículos hacia el edificio del Palacio de Justicia.[1]

A las 11:30 AM (UTC-5) La Sala Constitucional estaba en sesión, el magistrado Gaona Cruz leía su ponencia sobre una de las demandas contra el tratado de extradición con los Estados Unidos de América.[16] En la misma sala estaban los Magistrados: Alfonso Patiño Roselli, Presidente de la Sala, Manuel Gaona Cruz, Carlos Medellín Forero y Ricardo Medina Moyano, además del secretario Ricardo Correal Murillo. En los despachos, estaban los Magistrados Fabio Calderón Botero, Alfonso Reyes Echandía, Pedro Elías Serrano Abadía y Darío Velásquez Gaviria. En la Sala Laboral, se encontraban los Magistrados Fanny González Franco, José Eduardo Gnecco Correa y Nemesio Camacho Rodríguez.[16] En otro sector de la Sala Penal, estaban los Magistrados Auxiliares Emiro Sandoval Huertas y Julio Cesar Andrade, y siete auxiliares judiciales: María Janeth Rozo, Isabel Méndez de Herrera, María T. Muñoz de Jiménez, María Cristina Herrera Obando, Beatriz Moscoso de Cediel, Libia Rincón Mora y Nurys Soto de Piñeres. De los despachos de los Magistrados de la Sala Constitucional estaban las secretarias Lyda Mondol de Palacios, Ruth Zuluaga de Correa y Rosalía Romero de Díaz. De la Sala Laboral se encontraban en ese piso el Magistrado Auxiliar Jorge Alberto Correa Echeverri y los secretarios de los despachos Hermógenes Cortés Nomelín, Cecilia Concha Arboleda y Ana Lucía Bermúdez de Sánchez.[16]

Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre

Para los guerrilleros del M-19, se trataba de la "Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre". La toma comenzó a las 11:30 AM (UTC-5) del 6 de noviembre de 1985, cuando 28 guerrilleros del "Comando Iván Marino Ospina", al mando de Luis Otero y Andrés Almarales, ingresaron fuertemente armados al edificio vestidos de civil. Pocos minutos después empezaron a gritar consignas y a hacer disparos. un camión reventó el separador metálico de la portería del parqueadero que da frente a la Carrera Octava, seguido por dos vehículos que conducian personas vestidas con camuflados de las fuerzas armadas y armados con rifles. Ingresaron por la puerta del sótano del costado occidental, (entrada al estacionamiento del Palacio de Justicia), mientras que un grupo de guerrilleros se atrincheró en el primer piso y la puerta principal.[7] Los primeros en morir fueron Eulogio Blanco y Gerardo Díaz Arbeláez, vigilantes de la firma Cobasec Ltda., contratista para labores de vigilancia del Palacio de Justicia. Blanco y Arbeláez no lograron utilizar sus revólveres.[17]

Durante el ingreso de los guerrilleros, un agente de policía resultó herido. En cerca de media hora los guerrilleros tomaron el control total del edificio, mientras a las afueras se agolparon refuerzos de la Policía Nacional y el Ejército Nacional.[7] Fueron ubicados en las terrazas de algunos edificios vecinos, como la Catedral Primada, el Palacio Liévano de la Alcaldía de Bogotá y la Casa del Florero, con la intención de recuperar el Palacio.

"No negociar" o "vacío de poder"


La entonces ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín.

El M-19 había hecho las peticiones de rigor publicación de las actas de la Comisión de Verificación, de los documentos del FMI, entre otros documentos, pero la principal exigencia del M-19, sin embargo era la de obligar al Presidente Betancur a presentarse al Palacio de Justicia para hacerle un juicio público, presidido por la Corte Suprema de Justicia, teniendo como fiscal a todo el pueblo colombiano, el cual formularía sus denuncias a través de la radio. Algo que para el gobierno resultó descabellado.[18]

El gobierno del presidente Betancur decidió no negociar debido a que las circunstancias políticas no daban para una negociación al momento de la toma. Betancur era acusado por algunos sectores de la opinión pública de haberle entregado el país a la guerrilla, el M-19 había roto la tregua y culpaban al gobierno, además de haber realizado un atentado contra el Comandante del Ejército. Según la Revista Semana, el "país estaba sumido en un ambiente de desestabilización institucional con una percepción de un vacío de autoridad".[18] Ademas varios analistas consideraban que si Betancur accedia a las peticiones de los guerrilleros, el gobierno quedaria mal ante la opinion publica e internacionalmente.

La entonces ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, ordenó transmitir por televisión un partido de fútbol en vez de presentar la situación del Palacio durante parte de la crisis. Según algunas fuentes, no estaba permitido transmitir la operación de la retoma al Palacio de Justicia. Las estaciones de radio y algunos noticieros continuaron transmitiendo la información en directo, sin embargo, nuevamente la ministra volvió a dar la orden de impedir que se siguiera transmitiendo por radio lo que estaba sucediendo.

Retoma: Operación 'Rastrillo' ó 'Plan Tricolor 83'

La Casa Museo del 20 de julio, fue utilizada por el General Edilberto Sánchez, jefe del B-2, para coordinar operaciones de retoma del Palacio de Justicia

Momentos después de la toma las Fuerzas Militares de Colombia iniciaron el operativo de retoma. El Jefe del Estado Mayor de la XIII Brigada, el Coronel Luis Carlos Sadovnik activó el Plan de Defensa Nacional 'Tricolor 83' y el Centro de Operaciones de la Brigada (COB).[1]

Después del mediodía, llegaron los primeros tanques EE-09 cascavel y Urutú, que fueron ubicados alrededor del Palacio, sobre la Plaza de Bolívar y las carreras Séptima y Octava. El presidente Belisario Betancur fue informado del hecho.

A la 1:00 PM (UTC-5), los guerrilleros le dijeron al magistrado Alfonso Reyes Echandía, mantenido como rehén, que nada le iba a suceder y que lo requerían para negociar. Los guerrilleros del M-19 se refugiaron en el cuarto piso junto a algunos rehenes, Realizaron llamadas telefónicas al Palacio de Nariño, sede presidencial, y a varios medios de comunicación, para hacer conocer sus exigencias. El M-19 exigía: la publicación en los diarios y la difusión en las cadenas radiales de una proclama; pidieron la creación en una cadena radial de un espacio diario para la expresión de la oposición y la presencia del Presidente de la República o su apoderado ante la Corte Suprema de Justicia, para efectos de hacerle un juicio político.

Minutos más tarde, un grupo de soldados del Batallón Guardia Presidencial entró al Palacio para sacar los cadáveres de dos vigilantes, mientras un oficial y un suboficial recuperaban la ametralladora del tanque Urutú. A la 1:30 PM (UTC-5), los primeros vehículos blindados ingresan por el sótano. A las 13:20, el comandante guerrillero del M-19 Luis Otero se comunicó con algunos medios de comunicación para confirmar la autoría y el nombre de la toma.

A las 01:55 PM (UTC-5), un tanque Cascabel rompe la puerta principal del Palacio. A las 14:00, dos helicópteros dejaron en la azotea del edificio a un grupo de hombres del Comando de Operaciones Especiales, que también ingresó al Palacio. Otro de los tanques Urutú trató de irrumpir en una de las puertas del recinto para rescatar el cadáver del subteniente de la Policía José Fonseca Villada, asesinado por los guerrilleros al comienzo de la toma, pero debido a la estrechez de ésta, perdió la metralleta y, por el tiroteo con los guerilleros del M-19, debió ser retirado. Dos tanques ingresan por la puerta principal y obligan a los guerrilleros y rehenes a subir a los pisos superiores, mientras que en la parte posterior del Palacio de Justicia se inició un incendio. Los combates se intensificaron en el sótano, mientras los subversivos se desplazaban a los pisos superiores.

Quince minutos después fueron liberados algunos rehenes, trasladados a la Casa del Florero para su identificación, a excepción de los heridos que fueron llevados a clínicas y hospitales. Luego, a las 14:25, un tercer tanque ingresaba a la edificación, con soldados del Batallón Guardia Presidencial y de la Escuela de Artillería, mientras hombres del Grupo Operativo Antiextorsión y Secuestro (GOAS) llegaban por la azotea.

A las 15:00 el presidente Betancur pidió ayuda y consejo a algunos ex presidentes, candidatos a la Presidencia y congresistas, estos primeros concordaban en que era mejor negociar en lugar de retomar el Palacio. Cinco minutos después, Álvaro Villegas Moreno, presidente del Congreso, hablaba por teléfono con Reyes Echandía y el magistrado Pedro Elías Serrano, quienes le solicitaron pedirle a Betancur el cese al fuego. En una segunda conversación, Reyes Echandía le dijo que se encuentra en el cuarto piso con los guerrilleros, dato confirmado por uno de los subversivos que le quitó el teléfono y quien comunicó que, de no llegarse a un cese al fuego, nadie iba a salir vivo. A las 15:15 Villegas le llevó el mensaje a Betancur, quien respondió que no iba a negociar y que no había logrado comunicarse con Reyes.

A las 16:10, les ordenaron a los soldados que ingresaron por la puerta buscar rehenes para ayudarles a salir. A las 16:10, varios estruendos se escucharon desde el sótano y los primeros pisos, lo que llena de humo el edificio. Reyes Echandía seguía pidiendo el cese al fuego, secundado por otros magistrados a través de la radio. A las 16:50, la Cámara de Representantes repudiaba la toma y se declaraba en sesión permanente.

A las 17:10, Reyes Echandía logró comunicarse con el general Víctor Delgado Mallarino, director general de la Policía Nacional y amigo suyo. Reyes le pidió que cesaran el fuego porque de no hacerlo todos iban a morir, a lo que Delgado respondió diciéndole que estaba haciendo lo posible por rescatarlos y que necesitaba comunicarles a los del M-19 que el gobierno no iba a negociar. Otero y Delgado hablaron. A las 17:30, el general Jesús Armando Arias Cabrales, comandante del Ejército, toma el mando de la operación de rescate.

"por favor... que cese el fuego inmediatamente... es de vida o muerte
Voz telefonica de Alfonso Reyes Echandía, estando como rehén.
Alfonso Jacquin:"Les habla Alfonso Jacquin segundo al mando de éste operativo, el presidente de la República no le ha pasado al teléfono al presidente de la corte y se va a morir, porque el presidente de la República, ni siquiera con su poder jurisdiccional, es increíble que el M-19 no es el que se ha tomado el Palacio de Justicia, se lo tomó los tanque del Ejército... [Disparos, explosiones y gritos] ...es lo increíble, El Ejército entró con sus tanques y están sonando los tiros, cuando entren en este piso nos morimos todos, sépalo.[19]
"Paladín 6, R. Entiendo que no han llegado los de la Cruz Roja. Por consiguiente estamos con toda la libertad de acción y jugando contra el tiempo. Por favor apurar, apurar a consolidar, y acabar con todo..."[20]

Un incendio en el cuarto piso, cuyo origen no se ha esclarecido después de 20 años, comenzó a las 17:45, donde se encontraban guerrilleros, magistrados y civiles que debieron bajar al tercero. Media hora más tarde, un helicóptero logró evacuar a algunos hombres del Copes y el GOAS heridos. Reyes Echandía se comunicó de nuevo con Villegas a las 19:15 y le reiteró que los iban a matar si no terminaban las hostilidades. Con el paso de las horas, el incendio tomaba fuerza mientras los subversivos retenían a algunos rehenes que trataban de escapar del fuego y los llevaban a los baños del segundo y, luego, del tercer piso. Sesenta personas permanecieron desde la noche del 6 de noviembre hasta el final de la toma en dichos baños.

Una grabación que data de aproximadamente la misma hora, los comandantes del Ejército comentaban:[20]

  • "Arcano 6: ...de todas maneras aquí vamos a intentar controlar este sector que nos ha dado molida en el 4° piso. Ya inclusive disparamos un ‘ambrus' (posible cohete o mortero), desafortunadamente parece que no operó, pero seguimos acá".
  • "Arcano 6: En atención a la situación de incendio de proporciones mayúsculas, entonces fue necesario evacuar, se mantiene un dispositivo en la parte externa...".
  • "Paladín 6: La situación aquí se enfrió. Que haya acción, que haya ruido. Que si necesita más munición le coloca toda la que necesite...".
  • "Coraje 6: ¿Cómo me decía Paladín que algunos magistrados informan que mataron a Reyes Echandía? ¿Cómo sería la muerte de él?".
  • "Arcano 6: R. De los que evacuamos, que presumíamos se trataba de personal magistrados por la vestimenta, se verificó había cinco magistrados y de ellos informaron al comandante de DEBOG ( Policía de Bogotá), le informaron que desafortunadamente los bandidos lo habían asesinado, pero no hemos encontrado su cadáver. Cambio".
  • "Coraje 6: Y el asesinato, ¿cuándo fue? Cambio".
  • "Arcano 6: R. No tuve la información porque los evacuaron inmediatamente para darles servicio médico en el Hospital Militar. Cambio".

Una nueva explosión se oyó en el cuarto piso a las 21:30. Las personas que se hallaban allí gritaron pidiendo el cese al fuego y la presencia de la Cruz Roja. Quince minutos más tarde, los bomberos llegaban para tratar de sofocar las llamas, pero sus esfuerzos resultaron inútiles mientras el palacio era consumido. Desde adentro, los del ejército y los magistrados intentaban apagar el incendio con mangueras de emergencia. Cerca de las 22:00 los bomberos conseguían rescatar a algunas personas que se hallaban en la azotea, mientras los combates dentro del edificio se hacían más fuertes. Media hora después, algunos rehenes escondidos en las oficinas eran rescatados por el Ejército hasta el primer piso. Ellos y dos empleadas del aseo, rescatadas de la azotea por los bomberos, fueron llevados a la Casa del Florero.

En otra grabación, el General Vega Uribe discute con el General Samudio sobre el destino del comandante guerrillero Andrés Almarales:

  • "Coraje 6 : Sí, a ver que dentro de los que salen retenidos, no se nos vayan a mezclar. Cambio".
  • "Paladín 6 : R. Sí, porque inclusive tenemos información de que Otero se nos salió con la cédula de muerto, pero, pero, pero bueno... y Almarales está vivo y que lo llevaron a una unidad de P.M....".

Plazas Vega tuvo una corta entrevista esa misma noche:

  • Plazas: Hemos tenido algunas bajas pero la gran mayoria de las bajas son de ellos y sobre todo hemos rescatado la casi totalidad, yo creo que la totalidad de los rehenes que se encontraban vivos.
  • Periodista: Y la decisión que hay en este momento por parte de las fuerzas regulares cual es?
  • Plazas:"Mantener la democracia maestro, aqui no van ellos a asustarnos ni a atentar contra ninguno de los poderes... contra ninguna de las ramas del poder público, en este momento esto es un atentado contra la rama jurisdiccional y eso hay que dejarlo muy claro; que el ejército esta en condiciones de mantener todas las ramas del poder publico funcionando porque esto es una democracia y para eso estamos, para hacerla respetar.
  • Periodista: Y la decisión es darlos de baja a los guerrilleros?
  • Plazas: Sí a mi me disparan yo contesto el fuego, yo entre con mis carros, me recibieron a fuego y disparé, no sé, que haría ud?
  • Periodista 2: Pero el Presidente de la Corte, el Doctor Reyes Echandia...
  • Plazas: No sé, yo no sé quien esté adentro, o quien este afuera, yo se que salieron varios magistrados no se si tal vez este adentro de ellos...

7 de noviembre

A las 7:00 AM (UTC-5) Betancur aceptó dialogar con los subversivos y ordenó al director de la Policía Carlos Martinez Sáenz darles el mensaje, Reyes Echandia había logrado comunicarse con Martinez y este afirmó haber dado la orden de cese al fuego, pero argumentando problemas de comunicación la orden no se habia cumplido. A la 01:30 PM (UTC-5) del 7 de noviembre y a los empleados Carlos Augusto Rodríguez, administrador de la cafetería del Palacio, y Cristina del Pilar Guarín, cajera de la cafetería, son captados por un vídeo con vida. Al parecer, los dos fueron llevados a la Casa del Florero, a pocos metros del lugar, pero nunca más se supo de ellos.[21] La orden de Almarales era que los heridos salieran del baño donde estaban sitiados y que algunos guerrilleros, entre ellos Irma Franco y Clara Elena Enciso salieran.

El Consejero de Estado Reynaldo Arciniegas fue liberado por los guerrilleros del M-19, para llevar un mensaje al presidente Betancur y permita el ingreso de la Cruz Roja y se comience a negociar sin saber que la orden de cese al fuego no fue cumplida ni dada y al rato sucede una explosión adentro de los baños. Vega Uribe anuncia que la toma y retoma del Palacio había terminado.

Una vez terminada la retoma, periodistas documentaron como había quedado el Palacio mientras que soldados, policías y miembros de la Defensa Civil sacaban los cadáveres, los cuales fueron llevados por los castrenses sin que el Instituto de Medicina Legal (órgano estatal autorizado para el levantamiento de cadáveres) pudiese tener participación. En el baño se dejaron prendas y se sacaron cadáveres calcinados imposibles de identificar. Esa noche Betancur se dirigió a los colombianos asumiendo su responsabilidad:

Esa inmensa responsabilidad la asumió el Presidente de la República, que para bien o para mal suyo estuvo personalmente tomando las decisiones, dando personalmente las órdenes respectivas, dando el control absoluto de la situación de manera que lo que se hizo para encontrar una salida dentro de la ley fue por cuenta suya, por cuenta del Presidente de la República...
Belisario Betancur en su alocución presidencial.[22]

Muertos

El 9 de noviembre a las 5:00 PM (UTC-5) El Juzgado 78 de Instrucción Penal Militar (oficio No. 1324) ordenó llevar 26 cadáveres a una fosa común del Cementerio del Sur de Bogotá.

Magistrados asesinados

De acuerdo a una versión del ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Aníbal Gómez, integrante de la Comisión de la Verdad, los magistrados habrían muerto de la siguiente manera:[23]

Magistrados sobrevivientes

Servidores Públicos asesinados

  • Lizandro Juan Romero Barrios. Magistrado Auxiliar del Consejo de Estado
  • Carlos Horacio Urán Rojas. Abogado asistente del Consejo de Estado: El cadáver de Urán fue hallado en un la morgue de Bogotá, junto a otros cuerpos de otras personas que murieron durante la retoma. En el informe de la Comisión de la Verdad está consignado que Urán murió de un tiro de gracia de un arma calibre 9 milímetros y el cadáver fue lavado antes de ser hallado en la morgue de Medicina Legal. En el 2007, se reveló que la billetera y otros efectos personales de Urán aparecieron en una bóveda secreta del Cantón Norte del Ejército, en Bogotá. La billetera estaba perforada por un disparo y, según la versión que en ese momento le dieron a la Fiscalía familiares, el magistrado auxiliar solía llevarla en su saco, por lo que familiares presumen una ejecución.[24]
  • Luz Estella Bernal Marín. Abogada asistente del Consejo de Estado
  • Emiro Sandoval Huertas. Magistrado Auxiliar
  • Julio César Andrade Andrade. Magistrado Auxiliar
  • Jorge A. Correa Echeverry. Magistrado Auxiliar
  • María Teresa Muñoz de Jiménez. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Hermógenes Cortés Nomelín. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Isabel Méndez de Herrera. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Cecilia Concha Arboleda. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • María Cristina Herrera. Obando Auxiliar de magistrado de la Corte
  • María Lida Mondol de Palacios. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Rosalba Romero de Díaz. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • María Janeth Rozo. Auxiliar del Presidente de la Corte
  • Ruth Mariela Zuluaga de Correa. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Ana Beatriz Moscoso de Cediel. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Libia Rincón Mora. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Nury Soto de Piñeros. Auxiliar de magistrado de la Corte
  • Aura María Nieto de Navarrete. Auxiliar Consejo de Estado
  • Blanca Inés Ramírez de Angulo. Auxiliar Consejo de Estado
  • Jaime Alberto Córdoba Avila. Auxiliar Consejo de Estado
  • María Teresa Barrios Rodríguez. Auxiliar Consejo de Estado
Empleados de las instalaciones
  • Luis Humberto García. Conductor
  • José Eduardo Medina Garavito. Conductor
  • Plácido Barrera Rincón. Conductor
  • Jorge Tadeo Mayo Castro. Administrador del Palacio de Justicia
  • Gerardo Díaz Arbelaéz. Vigilante de COBISEC
  • Carlota Sánchez de Monsalve. Ascensorista del Palacio de Justicia
Otros

Durante el intercambio de balas, fueron alcanzados por los combates

  • Gustavo Ramírez Rivera, visitante del Palacio de Justicia.
  • María Isabel Ferrer de Velázquez, visitante del Palacio de Justicia.
  • René Francisco Acuña Jiménez, era un transeúnte, fue alcanzado por las balas de los combates, muere en la calle.

Desaparecidos

Construcción que reemplazó al antiguo Palacio de Justicia.

Aún sigue siendo un misterio el paradero de los empleados de la cafetería. Varios críticos han dicho que, según algunas declaraciones de dos ex policías de la época, los empleados fueron llevados a la Casa del Florero (edificio histórico aledaño al Palacio de Justicia, que sirvió temporalmente como base militar) y más tarde trasladados al Cantón Norte (conjunto de edificios públicos militares ubicado al norte de Bogotá), para allí ser interrogados, torturados y asesinados. Posteriormente, según dichas declaraciones, fueron enterrados en fosas comunes ubicadas al sur de Bogotá. El gobierno colombiano de entonces las rechazó, argumentando que los dos ex oficiales de la policía tenían antecedentes penales.

El 14 de junio de 2007, Caracol Noticias difundió un video[25] hallado durante un allanamiento a la casa del coronel Plazas Vega en el que se ve claramente cuando son evacuados con vida del Palacio de Justicia el administrador de la cafetería, Carlos Augusto Rodríguez, y Cristina del Pilar Guarín, una de las cajeras. Ambos se encuentran desaparecidos. Plazas fue arrestado el 16 de julio de 2007, acusado del delito de desaparición forzada agravada.[26]

El administrador y siete trabajadores de la Cafetería del Palacio de Justicia, más tres visitantes ocasionales, fueron desaparecidos, sus nombres:[27]

  • Carlos Augusto Rodríguez Vera: era el administrador de la cafetería. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.[4]
  • Cristina del Pilar Guarín Cortés: hacía un remplazo en la cafetería, cuando la toma comenzó. Su cuerpo aún no se ha encontrado.[4] El 15 de julio de 1993, por primera vez, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, acogiendo una ponencia del magistrado Benjamín Herrera, aceptó que sí hubo desaparecidos en el Palacio de Justicia y condenó a los ministerios de Defensa y de Justicia como responsables por la desaparición de Guarín Cortés.[28]
  • David Suspes Celis: Trabajaba como chef de la cafetería. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.[4]
  • Bernardo Beltrán Hernández: Mesero de la Cafetería. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.
  • Héctor Jaime Beltrán: laboraba como mesero en la cafetería. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.[4]
  • Ana Rosa Castiblanco: realizaba oficios varios en la cocina. Su cadáver fue encontrado en una fosa común en el año 2000.[4] Un hijo de Castiblanco, Raúl Lozano Castiblanco, y un presunto testigo de apellido Gámez, han insinuado que estaba embarazada al momento de la toma y parió dentro del Palacio de Justicia.[28] Cuando fue evacuada, el parto fue hecho en el camión, por un suboficial que se apersonó y aprovechó la oportunidad de que no tenía hijos para quedarse con el bebé. Fue una decisión de cinco personas. El hijo de Castiblanco supuso que fue la misma mujer que después se llevaron a Caballería. Según, el hijo, el suboficial existe, tiene una casa que le fue dada por el Fondo Rotatorio del Ejército y tiene tres hijos. Aunque no se han desarrollado mas noticias acerca del tema.[29]
  • Gloria Estela Lizarazo Figueroa: era la encargada del autoservicio. Su cuerpo no se ha encontrado.[4]
  • Luz Mary Portela León: era una de las empleadas de la cocina. Su cuerpo no se ha encontrado.[4]
  • Norma Costanza Esguerra: era una de las contratistas proveedoras de los serivicios de la cafetería. Su cuerpo aún no ha sido encontrado.[4]
  • Gloria Anzola de Lanao: Entró como visitante al Palacio de Justicia. Su cuerpo no se ha encontrado.[4]
  • Luz Amparo Oviedo: Llegó a la cafetería del Palacio de Justicia a buscar empleo. Su cuerpo no se ha encontrado.[4]

Enciso se desmayó, cuando un militar identificó a Franco y se la llevó en dirección a la Casa del Florero. Enciso fue montada en una ambulancia y evacuada hacia el Hospital Militar, pero antes de llegar se despertó y logró convencer a los paramédicos de que la dejaran en su casa. Logró huir a México.[30] En la Casa del Florero, Franco fue llevada al segundo piso donde la retuvieron hasta las 8:30 PM (UTC-5) Después fue llevada a las instalaciones del Comando Operativo de Inteligencia y Contrainteligencia (COICI), a cargo del entonces coronel Iván Ramírez Quintero, en el barrio San Cristóbal. Franco fue torturada e interrogada dentro de una van de color café. Al final de la sesión se presume que la mataron o se les murió. El cuerpo de Franco fue enterrado en los polígonos del batallón Charry Solano.[31]

Según un testigo no identificado, los responsables de la muerte de Franco fueron un sargento de apellidos Garzón Garzón, el capitán Camilo Pulecio Tovar, el teniente Germán Medina Lobo y los sargentos Gustavo Serrato y Gustavo Arévalo, los cuales habrían sido condecorados por dichas acciones el 8 de noviembre de 1985.[31]

La Comisión de la Verdad

En 2005 se conformó la Comisión de la Verdad, integrada por los ex magistrados de la Corte Suprema de Justicia José Roberto Herrera, Jorge Aníbal Gómez y Nilson Pinilla. Tras un año de investigación, en noviembre de 2006 entregaron un informe en el que revelan que, según versiones del sicario "Popeye", Pablo Escobar, capo del Cartel de Medellín les pagó 2 millones de dólares a los guerrilleros del M-19 por la toma, a fin de presionar a los magistrados de la Sala Constitucional que debatían la aprobación de la extradición. La Comisión declaró responsables del holocausto al M-19, al presidente Betancur y al Ejército de Colombia WN

La Comisión también concluyó que el presidente de la época, Belisario Betancur "fue un simple espectador" de la situación y no logró intervenir directamente en la operación de retoma del palacio por parte del Ejército ni en los hechos posteriores, contradiciendo sus palabras dadas en su alocucion en la noche de 7 de noviembre una vez terminada la retoma en la que asumía la responsabilidad de lo que sucedió.

La Comisión de la Verdad consideró que la acción del Ejército fue desproporcionada y no buscó salvaguardar la vida de los rehenes.

Es muy importante aclarar que los resultados de las últimas investigaciones, dejan grandes dudas sobre el origen del fuego en las instalaciones del palacio de justicia. La hipotesis que más fuerza está tomando, indica que fue un rocket disparado por el ejército colombiano el que inicio el fuego.

Tragedia de Armero



Por: Carlos Alberto Torres Cañizares

Varios lahares cubrieron Armero. Murieron más de 20,000 personas.

La Tragedia de Armero fue un desastre natural producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz el 13 de noviembre de 1985 en el departamento del Tolima, Colombia. Tras 69 años de inactividad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos, a pesar de que el gobierno había recibido advertencias por parte de múltiples organismos vulcanológicos desde la aparición de los primeros indicios de actividad volcánica en septiembre de 1985.[1]

Los flujos piroclásticos emitidos por el cráter del volcán fundieron cerca del 10% del glaciar de la montaña, enviando cuatro lahares —flujos de lodo, tierra y escombros productos de la actividad volcánica— que descendieron por las laderas del nevado a 60 km/h. Los lahares aumentaron su velocidad en los barrancos y se encaminaron hacía los seis mayores ríos en la base del volcán. El pueblo de Armero, ubicado a poco menos de 50 km del volcán, fue golpeado por dichos lahares, matando a más de 20.000 de sus 29.000 habitantes.[2] Las víctimas en otros pueblos, particularmente la localidad de Chinchiná, aumentaron la cifra de muertos a 23.000. Alrededor del mundo se publicaron tomas de video y fotografías de Omayra Sánchez, una adolescente víctima de la tragedia, que estuvo atrapada 3 días hasta que finalmente falleció. Otras fotografías del impacto del desastre llamaron la atención de la opinión pública e iniciaron una controversia sobre el grado de responsabilidad del gobierno colombiano en la catástrofe.

Los esfuerzos de rescate fueron obstaculizados por la composición del lodo que cubría al pueblo, lo que hacía casi imposible el moverse sin quedar atrapado. Para el momento en el que los rescatistas alcanzaron Armero, doce horas después de la erupción, muchas de las víctimas con heridas graves habían ya muerto. Los trabajadores de rescate quedaron horrorizados tras observar el panorama de desolación dejado tras la erupción, con árboles caídos, restos humanos irreconocibles y escombros de edificaciones.

Esta fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, superada sólo por la erupción del Monte Pelado en 1902, y el cuarto evento volcánico más mortífero desde el año 1500. El evento fue una catástrofe previsible, exacerbada por el desconocimiento de la violenta historia del volcán; geólogos y otros expertos habían advertido a las autoridades y a los medios de comunicación sobre el peligro durante las semanas y días previos a la tragedia. Se prepararon mapas de riesgo para las inmediaciones pero fueron muy poco distribuidos. El día de la erupción se llevaron a cabo varios intentos de evacuación, pero debido a una tormenta las comunicaciones se vieron restringidas. Muchas de las víctimas se mantuvieron en sus hogares tal como les habían ordenado, creyendo que la erupción ya había terminado. El ruido de la tormenta pudo haber impedido que muchos escucharan el ruido proveniente del Ruiz.

El Nevado del Ruiz ha hecho erupción en varias ocasiones desde el desastre y continua siendo una amenaza para las más de 500.000 personas que viven a lo largo de los valles de los ríos Combeima, Chinchiná, Coello-Toche y Gualí. Un lahar (o un grupo de lahares) similar en tamaño al de 1985 puede ser iniciado por una erupción relativamente pequeña y podría viajar hasta 100 km desde el volcán. Una erupción lo suficientemente grande puede llegar incluso a Bogotá. Para combatir esta amenaza, el gobierno colombiano estableció la Dirección de Prevención y Atención de Desastres, un ente especializado encargado de concienciar a la población sobre las amenazas naturales. El Servicio Geológico de los Estados Unidos creó también el Programa de Asistencia en Desastres Volcánicos y el Equipo de Asistencia en Crisis Volcánicas, los cuales evacuaron a cerca de 75.000 personas del área cercana al Monte Pinatubo antes de la erupción de 1991. Adicionalmente muchas ciudades de Colombia cuentan con programas propios para crear conciencia frente a los desastres naturales. Los residentes cercanos al Nevado del Ruiz son especialmente cautelosos frente a la actividad volcánica; cuando se presentó una nueva erupción en 1989, más de 2.300 personas que vivían en las inmediaciones del volcán fueron evacuadas.


Antecedentes

Armero, localizado a 48 km del Nevado del Ruiz y a 169 km de Bogotá, era la tercera población más grande del Tolima, después de Ibagué y El Espinal.[3] Un importante centro agrícola antes de la erupción, Armero producía cerca de una quinta parte del arroz de Colombia, además de algodón, sorgo y café. Gran parte de este éxito puede ser atribuido al Nevado del Ruiz, ya que el fértil suelo volcánico había estimulado el crecimiento agrícola.[4] Construido encima de un abanico aluvial que había presenciado otros lahares,[5] el pueblo había sido destruido previamente por una erupción en 1595 y por flujos de lodo en 1845.[6] En la erupción de 1595, tres erupciones plinianas distintas[7] produjeron lahares que cobraron la vida de 636 personas.[8] Durante el evento de 1845, 1,000 personas murieron cerca del río Magdalena por flujos de lodo producidos por terremotos.[9]

El Nevado del Ruiz ha experimentado tres periodos eruptivos distintos, el primero acaecido hace 1.8 millones de años. Durante el periodo actual (que inició hace 11.000 años), ha entrado en erupción al menos en doce ocasiones, produciendo caída de ceniza, flujos piroclásticos y lahares. Las erupciones históricas registradas generalmente involucran una erupción de la chimenea central seguida de una erupción explosiva, tras lo cual se forman lahares. La erupción más antigua identificada en el Ruiz durante el Holoceno ocurrió alrededor del año 6660 a.C., y más erupciones ocurrieron en los años 1245 a.C., 850 a.C., 200 a.C., 350, 675, 1350, 1541 (posible), 1570, 1595, 1623, 1805, 1826, 1828 (posible), 1829, 1831, 1833 (posible), 1845, 1916, de diciembre de 1984 a marzo de 1985, de 1987 a julio de 1991, y posiblemente en abril de 1994. Muchas de estas erupciones involucraron una erupción de la chimenea central, una de las chimeneas laterales y una explosión freática.[10] El Nevado del Ruiz es el segundo volcán más activo de Colombia, superado solo por el Galeras.[11]

Una semana antes de la erupción se produjo la toma del Palacio de Justicia. Los asaltantes, miembros de la guerrilla del M-19, planeaban llevar a cabo un juicio en contra del entonces presidente Belisario Betancur. Éste se rehusó a participar y envió al ejército al edificio. Los atacantes tenían a cientos de rehenes, incluyendo a 24 magistrados de la Corte Suprema. En la batalla por la retoma del edificio murieron más de 75 rehenes, incluyendo a 12 magistrados. Este desastre, junto con la tragedia de Armero, provocaron un cambio de perspectiva del gobierno frente a los desastres. En vez de responder de manera inmediata tales problemas, se optó por predecir y prepararse para tales situaciones, protegiendo de antemano a la población de amenazas tanto terroristas como naturales.[12]

Actividad de 1985

Precedentes

A finales de 1984, los geólogos notaron que la actividad sísmica en el área había empezado a aumentar. La aparición de fumarolas, la deposición de azufre en la cima del volcán y algunas erupciones freáticas alertaron a los geólogos sobre la posibilidad de una erupción. Los eventos freáticos, producidos al encontrarse magma ascendente con agua, continuaron hasta septiembre de 1985, disparando altos chorros de vapor en el aire. La actividad comenzó a declinar en octubre, probablemente porque el nuevo magma había finalizado su ascenso dentro de la estructura volcánica.[13]

El Nevado del Ruiz emanando vapor. Esta foto fue tomada en septiembre de 1985, tan solo dos meses antes de la tragedia.

Una misión vulcanológica italiana analizó muestras de gases de las fumarolas y del terreno alrededor del cráter Arenas, y encontró que estas eran una mezcla de dióxido de carbono y dióxido de azufre, indicando una liberación directa de magma en la superficie. Los científicos publicaron el 22 de octubre de 1985, un reporte para las autoridades en el que determinaban que el riesgo de lahares era inusualmente alto. Para prepararse frente a la erupción, el reporte sugería varias técnicas simples de preparación a las autoridades locales.[14] Otro equipo les entrego a las autoridades locales sismógrafos, pero sin darles instrucciones de como operarlos.[15]

La actividad volcánica se incrementó de nuevo en noviembre de 1985 cuando el magma se aproximaba a la superficie. Cantidades crecientes de gases ricos en azufre y dióxido de azufre empezaron a aparecer en el volcán. El contenido de agua de los gases expulsados por las fumarolas decreció, y los manantiales en las cercanías del volcán se volvieron ricos en magnesio, calcio y potasio, producto de filtraciones de magma.[13] Las temperaturas de equilibrio termodinámico, correspondientes a la composición química de los gases expedidos, oscilaba entre 200 °C y 600 °C; esta es una medida de la temperatura a la cual los gases se equilibraron dentro del volcán. La extensiva desgasificación del magma produjo una altísima presión dentro del volcán, justo en el espacio ubicado encima del magma, lo que eventualmente llevó a una erupción explosiva.[16]

Preparación e intentos de evacuación

En septiembre de 1985, cuando los terremotos y las erupciones freáticas sacudían la zona, las autoridades locales comenzaron a planear una evacuación. En octubre, un mapa de riesgo para el área circundante del nevado fue terminado.[a] Este mapa resaltaba el peligro que representaba la caída de material (tal como ceniza y rocas) en Murillo, Santa Isabel y Líbano, así como el riesgo de lahares en Mariquita, Guayabal, Chinchiná y Armero.[17] Por desgracia el mapa fue muy pobremente distribuido entre las personas ubicadas en la zona de riesgo; muchos supervivientes jamás habían escuchado de éste a pesar incluso de que varios de los diarios más importantes del país presentaron versiones del mapa.[18] Henry Villegas de Ingeominas, declaró que los mapas de riesgo mostraban claramente que Armero sería afectado por los lahares, pero que el mapa se "encontró con fuerte oposición de intereses económicos". Agregó que el mapa no pudo ser producido ni distribuido masivamente debido al poco tiempo que hubo entre su preparación y la erupción del volcán.[19]

La zonas más afectadas por la erupción del Nevado del Ruiz. El mapa muestra el recorrido que siguió el lahar desde el volcán hasta Armero.

Al menos uno de los mapas de riesgo publicados en el importante diario El Espectador incluía flagrantes errores. Sin una escala apropiada, era poco claro cuan grandes realmente eran las zonas de riesgo en el mapa. Los lahares en el mapa no tenían un final definido, y el mayor riesgo parecía provenir de los flujos piroclásticos, no de las corrientes de lodo. Aunque el mapa era de color azul, verde, rojo y amarillo, no había ninguna indicación acerca de que representaba cada color, y Armero estaba en la zona verde (lo que se creía era la zona más segura). Otro mapa publicado por El Tiempo presentaba ilustraciones que "daban una percepción de topografía a un público no familiarizado con los mapas, permitiéndoles relacionar las zonas de riesgo con el paisaje". A pesar de este diseño pensado en la audiencia, el mapa terminó más como una mera representación artística que como una científica.[19]

El día de la erupción, columnas de ceniza oscura salieron del volcán alrededor de las 3:00 p.m., hora colombiana. El director local de la Defensa Civil, quien fue rápidamente informado de la situación, contactó a Ingeominas, organismo que determinó que el área debía ser evacuada; a continuación se le dijo que debía contactar a los directores de la Defensa Civil en Tolima y Bogotá. Entre las 5:00 y 7:00 p.m., la ceniza dejó de caer y las autoridades locales instruyeron a las personas para que se "mantuvieran calmadas" y fueran a sus casas. Alrededor de las 5:00 p.m. fue convocada una reunión del comité de emergencia, y cuando esta terminó a las 7:00 p.m. varios miembros contactaron a la Cruz Roja regional para acordar detalles sobre los esfuerzos de una posible evacuación en Armero, Mariquita y Honda. La Cruz Roja de Ibagué contactó a las autoridades de Armero y ordenó una evacuación que no fue llevada a cabo debido a problemas eléctricos causados por una tormenta. La fuerte lluvia y los rayos producto de la tormenta pudieron haber ocultado el ruido del volcán, y sin ningún esfuerzo sistemático de alerta, los residentes de Armero estaban inconscientes de la actividad que se desarrollaba en el Nevado del Ruiz. A las 9:45 p.m., después de que el volcán hiciera erupción, los oficiales de la Defensa Civil de Ibagué y Murillo trataron de advertir a las autoridades de Armero, pero no pudieron hacer contacto. Después lograron escuchar conversaciones entre algunos dirigentes de Armero y otros individuos; en la más famosa de estas conversaciones, se escucha al alcalde de Armero hablando a través de una radio casera, diciendo que él "no cree que allí haya mucho peligro", cuando fue arrastrado por el lahar.[20]

La erupción

Cima del Nevado del Ruiz a finales de noviembre de 1985

A las 9:09 p.m., del 13 de noviembre de 1985,[21] el Nevado del Ruiz expulso tefra dacítica a más de 30 km de altura en la atmósfera.[13] La masa total de material expulsado (incluyendo magma) fue de 35 millones de toneladas,[13] solo un 3% del total expulsado por el Monte Saint Helens en 1980.[22] La erupción alcanzó un 3 en el índice de explosividad volcánica.[23] La masa de dióxido de azufre expulsada en la erupción fue de aproximadamente 700.000 toneladas, el 2% del total de material sólido,[13] haciendo de esta una erupción atípicamente rica en azufre.[24]

La erupción produjo fujos piroclásticos que fundieron la nieve y el glaciar de la cima del volcán, generando cuatro lahares que descendieron por los valles de los ríos en los flancos del volcán,[25] destruyendo un pequeño lago que había sido observado en el cráter Arenas varios meses antes de la erupción. El agua de tales lagos suele ser extremadamente salada y puede contener gases volcánicos disueltos. El agua caliente y ácida del lago aceleró la fusión del hielo, un efecto confirmado por la alta concentración de sulfatos y cloruros encontrados en el lahar.[13]

Los lahares, formados de agua, hielo, pumita y otras rocas,[25] incorporaron arcilla a su composición al erosionar el terreno por el que viajaban mientras descendían del volcán.[26] Estos bajaron por las vertientes del volcán a una velocidad promedio de 60 km/h, desprendiendo rocas y destruyendo vegetación. Después de descender miles de metros por las vertientes, los lahares se dirigieron hacia los valles de los seis ríos nacidos en el volcán, en donde aumentaron cuatro veces su volumen original. En el río Gualí, un lahar alcanzo un ancho de 50 metros.[25]

Sobrevivientes de Armero recuerdan la noche como "tranquila". La ceniza volcánica había caído a lo largo del día, pero se les informó a los pobladores que no había nada de que preocuparse. A finales de la tarde, la ceniza volvió a caer tras un largo periodo de calma. Estaciones de radio locales reportaban que la ceniza debía ser ignorada y que los residentes debían permanecer en calma. Un sobreviviente afirmó haber ido a la estación de bomberos en donde le informaron que la ceniza "no era nada".

Por la noche, la energía eléctrica se fue de repente y los radios se apagaron. Justo antes de las 11:30, una enorme corriente de agua se extendió por Armero; fue lo suficientemente poderosa como para volcar autos y levantar personas. Se escucho un fuerte estruendo proveniente de la montaña, pero los residentes estaban más preocupados por lo que ellos creían era solo una inundación.

Armero tras la tragedia.

A las 11:30 p.m., el primer lahar llegó al pueblo, seguido rápidamente por otros. Uno de los lahares prácticamente borró a Armero; tres cuartas partes de sus 28,700 habitantes murieron. Avanzando en tres grandes oleadas, este lahar tenía 30 metros de profundidad, se movía a 12 metros por segundo y duró de diez a veinte minutos. Viajando aproximadamente a 6 metros por segundo, el segundo lahar duro media hora y fue seguido por pequeños pulsos eruptivos. Un tercer gran pulso le permitió al lahar durar cerca de dos horas. Para ese momento, el 85% de Armero estaba cubierto de lodo. Los sobrevivientes describieron como las personas se sostenían de los escombros de sus casas en un intento de mantenerse a flote en el barro. Los edificios colapsaron, aplastando personas y generando escombros. El frente del lahar contenía gigantescas piedras que aplastaron a cualquiera en su camino, mientras que las partes más lentas del mismo estaban llenas de pequeñas y afiladas piedras que causaban cortes y laceraciones. El lodo se introducía fácilmente en la heridas abiertas y en otros orificios corporales, - ojos, orejas y boca - con suficiente presión como para inducir asfixia traumática en uno o dos minutos a cualquiera enterrado en éste. En su trabajo Volcanes y el Medio Ambiente, Martí y Ernst afirman que muchos de los que sobrevivieron al lahar murieron producto de sus heridas mientras se encontraban atrapados, o sucumbieron a la hipotermia, aunque esto es poco probable dado que el lodo fue descrito como caliente por los sobrevivientes.

Un segundo lahar, que descendió por el valle del rio Chinchiná, mató a cerca de 1,800 personas y destruyó 400 casas en Chinchiná. En total murieron más de 23.000 personas, cerca de 5.000 quedaron heridas y 5.000 hogares de trece poblaciones fueron destruidos.Aproximadamente 230,000 personas se vieron afectadas, 20.000 quedaron sin hogar y 110 km² de terrenos fueron perjudicados. La tragedia de Armero, como se le conoce al evento, fue el segundo desastre volcánico más mortífero del siglo XX, superado solo por la erupción del Monte Pelado en 1902, y el cuarto más mortífero registrado desde 1500. También fue el lahar más mortífero de la historia, y la peor tragedia natural en la historia de Colombia.

Impacto

Armero se localizaba en el centro de esta fotografía, tomada a finales de noviembre de 1985.

La pérdida de vidas fue exacerbada por la falta de un marco de tiempo preciso para la erupción y por la renuencia de las autoridades locales a la hora de tomar costosas medidas preventivas sin signos claros de peligro inminente. Debido a que su última erupción de importancia había ocurrido 140 años atrás, en 1845, era difícil para muchos el aceptar el peligro del volcán; los pobladores locales incluso le llamaban el "León durmiente". Mapas de riesgo que mostraban que Armero sería seriamente afectado tras una erupción fueron distribuidos más de un mes antes de tal evento, pero el congreso de Colombia acusó a la Defensa Civil y a las agencias científicas de alarmistas. La erupción ocurrió tan solo una semana después de la toma del Palacio de Justicia por parte del grupo guerrillero M-19 en Bogotá, por lo cual tanto el gobierno como el ejército se encontraban ocupados al momento del desastre.

Solo unas pocas estructuras se mantuvieron en pie en Armero tras las corrientes de lodo que arrasaron con el pueblo.

El día después de la tragedia, los rescatistas quedaron horrorizados por el impacto de esta. Los lahares dejaron tras de sí una masa gris que cubría la totalidad del pueblo. La zona estaba repleta de arboles destruidos y cuerpos humanos desfigurados. Los restos de casas y edificios sobresalían del barro. Unas cuantas bolsas con cultivos fueron encontradas en el lodo. Los trabajadores de rescate describían el olor agrio del lugar como el de "cuerpos pudriéndose,[...] humo de leña y vegetales en descomposición." Para el horror de los rescatistas, que luchaban por comenzar los esfuerzos de rescate, los sobrevivientes dejaban escapar gemidos de dolor y agonía. Los daños fueron estimados en 7.000 millones de dólares, una quinta parte del producto interno bruto colombiano de 1985.

Mientras las noticias de la catástrofe se extendían por el mundo, la campaña presidencial, para entonces en curso, se detuvo, y los grupos guerrilleros detuvieron su temporalmente su accionar "en vista de la dolorosa tragedia que ha caído sobre nuestra nación." A las entradas para los juegos de fútbol de la liga colombiana se les agrego un recargo de cinco centavos, destinado a las labores de rescate.

Científicos que analizaron posteriormente los datos de los sismógrafos encontraron que múltiples terremotos de periodo largo (los cuales empiezan fuertemente y disminuyen poco a poco) habían ocurrido en las horas previas a la erupción. El vulcanólogo Bernard Chouet afirmó que "el volcán estaba gritando 'Voy a explotar'", pero los científicos que vigilaban al volcán al momento de la erupción no tenían la experiencia para identificar las señales.

Esfuerzos de rescate

La erupción ocurrió en el mismo periodo que el terremoto de México de 1985, lo cual limitó la cantidad de víveres y suministros que podían ser enviados a cada uno de los desastres. Los esfuerzos de socorro fueron coordinados desde Ibagué y Bogotá para Armero, y desde Cali para Chinchiná, lugares en donde se concentraron los equipos médicos. Improvisadas estaciones de triaje fueron establecidas en Lérida, Guayabal y Mariquita, y pronto fueron agobiadas por el alto número de víctimas. Las víctimas restantes fueron dirigidas a hospitales en Ibagué, ya que los ubicados en la región habían sido destruidos o se encontraban en riesgo de enfrentar un nuevo lahar.

La tragedia de Armero ocurrió pocas semanas después del devastador terremoto de México de 1985.

El gobierno de Estados Unidos invirtió más de un millón de dólares en ayuda, y el embajador estadounidense en Colombia, Charles S. Gillespie Jr., donó $25.000 a instituciones de rescate. La Oficina de Asistencia para Desastres en el Exterior de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, envió a un miembro del Servicio Geológico de los Estados Unidos junto con un experto en manejo de desastres y 12 helicópteros con personal médico desde Panamá. Estados Unidos envió también varias aeronaves adicionales junto con suministros incluyendo 500 carpas, 2.250 frazadas y varios kits de reparación de carpas. Otras 24 naciones más contribuyeron también al rescate y asistencia de los sobrevivientes. Ecuador suministró un hospital móvil mientras que la Cruz Roja islandesa donó $4.650. El gobierno francés envió suministros médicos y 1.300 carpas. Japón por su parte envió 1.25 millones de dólares, doctores, enfermeras e ingenieros, y, adicionalmente, destinó $50.000 a las Naciones Unidas para los esfuerzos de socorro. Otros $50.000 fueron donados por el Club de Leones.

Los esfuerzos de rescate fueron obstaculizados por el barro de hasta 4.6 m de profundidad que cubría a Armero, haciendo prácticamente imposible el que alguien pudiera atravesarlo sin hundirse. Para empeorar la situación, la carretera y varios puentes que conectaban a Armero fueron destruidos por los lahares. Tomó casi doce horas rescatar a los primeros sobrevivientes, así que es probable que muchos heridos de gravedad pero tratables hubieran muerto horas antes de la llegada de los rescatistas. Ya que el hospital de Armero había sido destruido, las víctimas fueron llevada a hospitales cercanos. Seis poblados cercanos levantaron clínicas improvisadas divididas en áreas de tratamiento y refugios para los damnificados. Para ayudar con las labores hospitalarias, personal médico y de rescate de todo el país se hizo presente en Armero. De los 1,244 pacientes distribuidos en las clínicas, 150 murieron por infecciones o complicaciones relacionadas. Si los antibióticos hubiesen estado disponibles rápidamente y si todas las heridas se hubiesen limpiado correctamente, muchas de estas personas podrían haber sido salvadas.

El 20 de noviembre de 1985, una semana después de la erupción, los esfuerzos de rescate empezaron a llegar a su fin. Cerca de 4.000 rescatistas buscaban aún sobrevivientes con pocas esperanzas de encontrar alguno. Para entonces la cifra oficial de muertos era de 22.540 víctimas; las cifras también hablaban de 3.300 desaparecidos, 4.000 heridos y 20.000 personas sin hogar. Grupos de saqueadores irrumpieron en las ruinas mientras que los sobrevivientes afrontaban el riesgo de contraer tifus o fiebre amarilla. Para muchos de los rescatistas, su trabajo había terminado.

La erupción fue usada como un ejemplo de recuperación psiquiatrica después de un desastre natural por parte de Robert Desjarlais y Leon Eisenber en su trabajo Salud Mental en el Mundo: Problemas y Prioridades en Países de Bajos Ingresos. Los autores estaban preocupados ya que los sobrevivientes solo recibieron el tratamiento inicial para el trauma sufrido. Un estudio mostró que las víctimas de la erupción sufrían de ansiedad y depresión, lo cual podía llevarlas a experimentar problemas con el alcohol, maritales y sociales. Rafael Ruiz, un mayor del ejército que sirvió brevemente como alcalde provisional de Armero tras la tragedia, declaró que habían sobrevivientes que, debido al trauma sufrido, se encontraban "nerviosos", experimentaban "pesadillas" y sufrían de "problemas emocionales". Agregó que el progreso logrado para la navidad de 1985 era considerable, pero que aún quedaba "un largo camino por delante."

Rercusiones

El Nevado del Ruiz dos semanas después de la erupción.

La falta de preparación frente a un desastre contribuyó al alto número de víctimas. Armero estaba situado sobre un abanico aluvial que había sido lugar de flujos laharicos previos; las autoridades ignoraron un mapa de riesgo que mostraba el potencial daño que los lahares podían causar al pueblo. Los pobladores se mantuvieron dentro de sus hogares para escapar de la ceniza que caía, tal como las autoridades locales les habían indicado, sin pensar que tal vez podían ser enterrados por los flujos de lodo.

El desastre obtuvo notoriedad a nivel mundial en parte por una fotografía tomada por Frank Fournier en la cual aparece una joven llamada Omayra Sánchez quien estuvo atrapada entre los escombros por tres días antes de morir. Tras la erupción, trabajadores de rescate se reunieron alrededor de la niña, conversando con ella. Omayra llamó la atención de los reporteros en el lugar debido a su dignidad y coraje, y causo controversia cuando la gente se preguntó el porque los periodistas no hicieron nada para salvarle (lo cual era imposible sin herramientas). Un llamado al gobierno para conseguir una bomba hidráulica que evacuara el agua que la rodeaba no fue atendido; Omayra sucumbió a la gangrena y a la hipotermia tras pasar 60 horas atrapada. Su muerte sintetizó la naturaleza trágica de la tragedia de Armero: Ella pudo haber sido salvada si el gobierno hubiese actuado con prontitud y si hubiese prestado atención a los llamados sobre el peligro del volcán. La fotografía obtuvo el premio World Press Photo of the Year por "capturar el evento de mayor importancia periodística".

Dos fotógrafos del Miami Herald ganaron el Premio Pulitzer por fotografiar los efectos del lahar. El Dr. Stanley Williams de la Universidad Estatal de Luisiana dijo tras la erupción, "Con la posible excepción del Monte Saint Helens en el estado de Washington, ningún otro volcán del hemisferio occidental ha sido observado de manera tan detallada." Como respuesta a la erupción, el Servicio Geológico de los Estados Unidos conformó en 1986 el Programa de Asistencia en Desastres Volcánicos y el Equipo de Asistencia en Crisis Volcánicas. El volcán hizo erupción en varias ocasiones más entre 1985 y 1994.

Presunta negligencia

Inquietudes sobre la supuesta negligencia de las autoridades locales frente a la amenaza del volcán llevaron a una fuerte controversia. El alcalde de Armero, Ramón Rodríguez, y varios oficiales locales intentaron en vano llamar la atención del gobierno colombiano sobre el peligro que representaba el volcán. Por meses, Rodríguez hizo llamados a diversas autoridades, incluyendo a varios congresistas y al entonces gobernador del Tolima, Eduardo Alzate García. Rodríguez llamó al volcán una "bomba de tiempo" y le dijo a los reporteros que él creía que una erupción rompería una presa natural ubicada río arriba, lo cual llevaría a una inundación. Pese a su insistencia, solo un congresista le prestó interés la situación. Reportes de los ministerios de minas, defensa y obras públicas, "afirmaban que el gobierno estaba al tanto del riesgo del volcán y que estaba actuando para proteger a la población". La falta de responsabilidad por el desastre llevó a varios legisladores a pedir la renuncia del gobernador del Tolima. En los medios de comunicación también se debatía acaloradamente sobre el tema. Una de las acusaciones más agresivas provino de un funeral masivo llevado a cabo en Ibagué, en donde se afirmaba en varias pancartas que "El volcán no mató a 22.000 personas. El gobierno las mató."

Legado

El Nevado del Ruiz visto desde Manizales.

El volcán aún constituye una seria amenaza para los poblados cercanos. La amenaza potencialmente más peligrosa es la que plantean las erupciones de poco volumen, la cuales pueden desestabilizar glaciares y producir lahares.

A pesar de que gran parte del glaciar se ha retraído, un volumen significativo de hielo se encuentra todavía en las cimas del Nevado del Ruiz y de otros volcanes cercanos. Con tan solo derretir el 10% del hielo, se producirían lahares con un volumen de hasta 200 millones de metros cúbicos, similar al del lahar que arrasó con Armero en 1985. En cuestión de unas pocas horas, estos lahares podrían viajar hasta 100 km por los valles de los ríos. Estimaciones muestran que 500.000 personas que viven en los valles de los ríos Combeima, Chinchiná, Coello-Toche y Gualí, están en riesgo, y 100.000 de estas están en un alto riesgo. Los lahares constituyen una seria amenaza para los poblados de Honda, Mariquita, Ambalema, Herveo, Villahermosa, Puerto Salgar y La Dorada. A pesar de que una erupción pequeña es más probable, la larga historia eruptiva del macizo Ruiz-Tolima incluye numerosas erupciones de gran tamaño, indicando que la amenaza de una erupción grande no puede ser ignorada. Una erupción de gran tamaño tendría consecuencias mucho más extensas, incluyendo un posible cierre del aeropuerto de Bogotá debido a la caída de ceniza.

Puesto que la tragedia de Armero fue exacerbada por la falta de alertas tempranas, el uso indebido de los terrenos, y la poca preparación de las comunidades cercanas, el gobierno colombiano creó la Oficina Nacional para la Atención de Desastres, conocida actualmente como la Dirección de Prevención y Atención de Desastres, para prevenir tales incidentes en el futuro. A todas las ciudades colombianas se les ordenó promover planes de prevención frente a desastres naturales para mitigar las consecuencias de estos, y varias evacuaciones, producto de amenaza volcánica, han sido llevadas a cabo. Cerca de 2.300 personas fueron evacuadas de los margenes de ríos cercanos al Nevado del Ruiz en 1989, cuando éste hizo erupción de nuevo. Cuando otro volcán colombiano, el Nevado del Huila, hizo erupción en 2008, miles de personas fueron evacuadas ya que existía la preocupación de que se repitiera otro Armero.

Conmemoraciones

Poco menos de un año después de la tragedia, el Papa Juan Pablo II visitó la zona del desastre junto con el presidente colombiano Belisario Betancur. Allí el Papa habló acerca de la tragedia y declaró el lugar en donde se encontraba Armero como campo santo. A pesar de que muchas de las víctimas de la tragedia fueron conmemoradas, Omayra Sánchez fue, en particular, inmortalizada en poemas, novelas y piezas musicales. Una obra llamada Adiós, Omayra, de Eduardo Santa, ilustraba los últimos dias de la joven y el simbolismo que representó en la catástrofe. Lo sobrevivientes fueron también reconocidos en el especial de televisión No morirás de Germán Santamaría. Parte del elenco estaba compuesto por víctimas de la tragedia quienes aparecieron como extras en la obra

Infografia

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